Muy buenas!!
Algunos de vosotros ya lo sabíais. A otros os pillaré con el pie cambiado.
Estoy ya al otro lado del charco. He decidido dar otro paseo por el mundo y ahora toca ver cómo están nuestras (antiguas) colonias. Será un viaje de 3 meses, aunque quizá vuelva antes (veremos si escasean los dineros) o quizá me quede más tiempo (¿trabajo?, ¿negocio?, ¿start up?)
Estoy ya al otro lado del charco. He decidido dar otro paseo por el mundo y ahora toca ver cómo están nuestras (antiguas) colonias. Será un viaje de 3 meses, aunque quizá vuelva antes (veremos si escasean los dineros) o quizá me quede más tiempo (¿trabajo?, ¿negocio?, ¿start up?)
Algunos me preguntan: «¿Por qué otro viaje? ¿No vas a trabajar nunca?»
Sí, YA estoy mirando cosillas de hecho. Pero es el momento de hacer estos viajes. Sé que alguno no lo entiende, pero como dijo mi amigo Steve Jobs, «You can’t connect the dots looking forward; you can only connect them looking backwards. So you have to trust that the dots will somehow connect in your future».
Es decir, en el futuro y mirando atrás con perspectiva estos viajes tendrán todo el sentido del mundo. Los puntos quedarán por fin conectados. Quizá en este viaje tenga una idea que me lleve a crear la próxima Apple 😉
Pero todavía no estoy por Sudamérica. Ayer aterricé en Chicago, donde estaré 5 días. Me salía al mismo precio hacer una escala larga aquí que ir directamente (ventajas del stop over gratuito, tomad nota).
Mucho frío aquí, nevando. Vistas desde el avión:
Nada más salir del avión me reencontré con este país tan auténtico: la pasarela de salida del avión estaba abarrotada de sillas de ruedas esperando a los ancianos americanos que no pueden (o no quieren) andar. ¡Qué mal! ¡Qué mala es la abundancia! Nota mental para toda mi vida: comer sano y estar activo para no acabar así.
Y la siguiente media hora en el aeropuerto de O’Hare fue como estar dentro de una película americana:
– un perro (perrillo más bien) policía uniformado olisqueando las maletas: a una española le encontró jamón al vacío y se lo confiscaron haha
– El tío de la aduana: el típico americano prepotente que se cree mejor que tú sólo por ser americano (perdón por el estereotipo)
– Gente de todos los colores y razas por allí: asiáticos, latinos, árabes y afroamericanos en Chicago.
– Gente de todos los colores y razas por allí: asiáticos, latinos, árabes y afroamericanos en Chicago.
A la llegada a cada estación de metro se escucha lo siguiente: «Soliciting and gambling prohibited in CTA vehicles».
Es decir: «prostitución y apuestas prohibidas en el metro». hahahah, acojonante, qué país!
Por la tarde ya llegué al hostal: una pasada!! por 17$/noche.Y de ahí no me moví… salvo para una cita que tenía pendiente: mi vuelta a CHIPOTLE, mi restaurante de comida rápida favorito. Durante mi época en San Diego me volví un auténtico fan de la cadena: burritos enormes y relativamente sanos por 6$. Feliz de volver a probarlo 😉
Día 2: por la mañana me voy al Chicago Mercantile Exchange (bolsa de futuros y opciones de Chicago). Lamentablemente no se puede visitar. Así que cambio rápidamente de planes y me voy a la otra punta de la ciudad para ver la casa y estudio de Frank Lloyd Wright, posiblemente el arquitecto americano más conocido de la historia.
Acierto TOTAL: como nevaba, no había nadie y tuve a la guía (una anciana súper maja) para mí solo. Me encantó el tour y todo lo que contaba: Wright fue el mayor defensor del «prairie style«, caracterizado por la horizontalidad y el gusto por la naturaleza (ver casa de la cascada). Wright era verdaderamente un genio del espacio (no había puertas para permitir el «flow») y fue de los primeros en utilizar muebles integrados. Me gustó mucho el sistema de aire acondicionado «tradicional»: había un pequeño agujero en lo alto del techo que permitía expulsar el aire caliente. En invierno se cerraba.
El gusto por la naturaleza se puede ver especialmente en 2 detalles de la casa:
1) cuando se construyó la casa había un árbol que Wright quiso mantener, así que crecía a través de una pared
2) la habitación de juego de los niños simula claramente una casa en el árbol.
Dificilmente puedo contaros con palabras lo que pude ver allí (no pude hacer fotos), pero os recomiendo hacer una visita si alguna vez estáis por aquí. Es increíble estar en el lugar donde un genio diseñó una tercera parte de sus obras, incluyendo el Guggenheim de Nueva York. Y solo, ¡sin más turistas!
Por cierto, Ayn Rand (autora de «La Rebellión de Atlas», ya estás leyéndolo o al menos viendo las pelis, más flojillas) era fan de F.L. Wright y le «dedicó» su otra gran obra, El Manantial (también hay peli, en blanco y negro, muy buena)
Por la noche vamos a un bar de blues (lo organiza el hostal) donde conozco a dos argentinos muy simpáticos. Ya me han prometido que me llevarán de fiesta por Buenos Aires 😉
Día 3: Subo a lo alto de Willis Tower.
Espectacular el lago Michigan helado!
¡Acojona mucho salir a esta terraza con suelo de cristal a 400m de altura!
Y poco más, no tengo calzado para este frío (-10,-15ºC), así que no puedo estar más de 20-30 min en la calle. Doy un paseo rápido y me vuelvo al hostal.
Día 4: me rindo a la evidencia y decido ni siquiera intentar pasear por la calle. Paso TODO el día en el museo de ciencia e industria. Y me falta tiempo. Espectacular. Realmente inmenso
Es como un parque de atracciones. Es muy entretenido y se aprende mucho. Ojalá hubiera ido de niño. Me doy cuenta de cuánto tenemos que aprender de los americanos en algunas cosas; como en esto. Para ellos todo es espectáculo. ¿Por qué aprender tiene que ser aburrido? La letra con sangre entra… Qué gilipolleces tenemos en España…
Sobre el museo, puntos destacados:
– Hay un submarino nuclear dentro. Una burrada!
– Hay un avión dentro y explican cómo funciona todo.
– Hay una sección de business y entrepeneurship para niños! Acojonante:
– Hay una pequeña «fábrica», con cadena de montaje incluida funcionando:
Es todo súper intuitivo, todo lleno de carteles «Touch me» para experimentar las cosas: cómo funciona el tren bala (electromagnetismo), cuánto engordarás si bebes 1 coca cola al día durante un año (levantas realmente el peso que supondría)…
Y para terminar, esta frase de la sección sobre «La vida» del museo: tu futuro no sucede. Lo creas tú y continuamente lo modificas a través de tus decisiones.
Vamos, pones esto en un museo de la ciencia en España y se te ríen durante años. Pues eso, que mucho que aprender de los americanos. Y mucho que des-aprender también (alimentación, consumismo, ocio, borreguismo, y extremismo en su parte negativa 😉
Un fuerte abrazo y gracias por leer 😉